CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE MILEI
El presidente de la CC ARI Maximiliano Ferraro envió una carta abierta al presidente Milei
Este jueves, una de las principales espadas políticas de Elisa Carrió y presidente de la Coalición Cívica-ARI, Maximiliano Ferraro, presentó una carta abierta para el Presidente de la Nación, ya que “el debate profundo que necesita la Argentina, no puede darse en 140 caracteres".
No solo en el gobierno sigue el malestar tras el fracaso del tratamiento de la Ley Omnibus en Diputados. Los lideres de la oposición se encuentran ofuscados con las declaraciones posteriores del presidente, los miembros del oficialismo y las cuentas oficiales en las redes.
Tanto Javier Milei como diversos miembros del oficialismo demostraron su descontento. Traidores, casta, delincuentes y mentirosos fueron algunas de las palabras lanzadas contra los miembros de la oposición.
Con enojo apenas contenido, Ferraro detalla cómo su bloque trabajó para pulir muchos artículos de la llamada ley Bases, que fue votada en general y con muchas coincidencias en particular también, aunque no pudieron expresarse porque el oficialismo retiró el proyecto cuando se rechazaron los poderes especiales para el presidente.
Por ultimo, hace hincapié en la importancia del dialogo y el respeto por las instituciones. Pide que se finalice este discurso de "escrache público" ya que "promueve la violencia política", lo cual, "no solo es peligroso para sus enemigos, también lo es para su gobierno".
Carta Abierta al Presidente de la Nación
El debate profundo que necesita la Argentina, no puede darse en 140 caracteres, por eso esta carta abierta.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 8 de Febrero de 2024
Sr. Presidente de la Nación Argentina
D. Javier Milei
Con la mayor de las consideraciones a su investidura presidencial, me dirijo a usted al solo fin de responder y no contribuir con mi silencio a la consolidación de cada una de las mentiras y engaños que junto a su equipo de comunicación han decidido promover e instalar desde la noche del martes, luego de que, unilateralmente, la bancada oficialista de la Libertad Avanza mocionara abandonar el recinto y finalmente retirar el Proyecto de Ley Bases.
Desde que se inició el estudio y debate del proyecto, el relato oficial ha buscado poner a un sector de la oposición en el lugar de un obstáculo que debe ser sorteado, o de un enemigo que debe ser aniquilado. Detrás de sus acusaciones hacia nuestras personas como extorsionadores, desleales, resistentes a las reformas y, desde el martes también, traidores y delincuentes, intentaron ocultar el único y verdadero objetivo que persiguieron con esta ley, y que en la noche del martes han confesado: gobernar sin el Congreso, ya sea con los pretendidos superpoderes de las facultades delegadas, a través de los excepcionales decretos de necesidad y urgencia, o incluso de manera plebiscitaria. El cambio que pregonan sólo lo conciben con concentración del poder y cancelando la actividad democrática del Parlamento.
No seré cómplice con mi silencio ni me haré el desentendido del hostigamiento y las acusaciones injuriosas y maliciosas. Con esta misiva pretendo responder a cada una de ellas como contribución a la verdad pública y a las instituciones de la democracia.
Si usted no quiere creer, le aseguro que el presidente de la Cámara, las autoridades de las comisiones, del bloque oficialista y de su bloque aliado co-gobernante, sus ministros y funcionarios, e incluso los escribas de la Ley, y también el señor Federico Sturzenegger, pueden dar testimonio y fe del enorme trabajo que llevamos adelante desde la Coalición Cívica para sancionar la gran mayoría de las reformas pretendidas. Lo hicimos sin extorsión, sin transacción, con absoluta transparencia y honestidad intelectual, expresando todas nuestras posiciones de manera pública y de cara a la ciudadanía.
1. “(...) son traidores que votan en contra de las reformas (...)”
Antes que nada, el día martes no se puso a votación ninguna reforma. Se votaron solo 5 artículos con sus respectivos incisos cuyo único fin era otorgarle a usted los superpoderes y facultades delegadas expresamente prohibidas por la Constitución Nacional. Muchas de ellas bien podrían ser actos propios de la administración.
Nadie votó en contra de ninguna reforma, si usted y su bloque hubiesen permitido continuar el tratamiento particular de la ley podríamos haber aprobado una gran cantidad de ellas en materia de producción, energía, libre comercio, transparencia, educación, empleo público, supresión de privilegios, defensa de la competencia, entre muchas otras. Efectivamente pareciera ser que estas reformas no le resultaban tan importantes como obtener los superpoderes. De nuestra parte siempre encontrará voluntad reformista y rechazo absoluto a la delegación legislativa.
No puede acusar de traidores a quienes jamás le prometimos facultades delegadas. Es público y conocido que la Coalición Cívica no votaría los superpoderes. Nacimos como partido rechazando estas facultades a Domingo Cavallo, se las negamos a Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, y fuimos intransigentes en nuestro propio gobierno de 2015 a 2019. Rechazar los superpoderes no es obstruccionismo sino preservación del rol institucional del Parlamento, porque los mismos violan el artículo 76 y 29 de la Constitución Nacional que prohíbe al Congreso la delegación legislativa y entregar facultades extraordinarias o la suma del poder público.
Los superpoderes son una de las grandes causas de la decadencia institucional y económica de nuestro país, cuando el Congreso delega el poder en una sola persona o en una burocracia, debilita al gobierno y lo vuelve cada vez más preso de los lobbies o intereses corporativos. Por esto, de ninguna manera desde la Coalición Cívica hemos traicionado ni a la ciudadanía ni los acuerdos legislativos.
Es tan exagerada la manipulación narrativa que se ha hecho de los pocos artículos que pudieron ser votados sobre facultades delegadas, que se nos acusa de haber votado contra la lucha al narcotráfico y la trata de personas. Es miserable tergiversar los hechos pues estos son sagrados: el inciso en cuestión no fue presentado por el Ejecutivo ni incorporado por la ministra Patricia Bullrich, sino por un sector de la oposición a los fines de poder justificar la declaración de emergencia en materia de seguridad y el capítulo de reformas al Código Penal que solo trataba sobre bloqueos, manifestaciones, legítima defensa y resistencia a la autoridad.
No hubo en el proyecto de ley original remitido por el Ejecutivo, ni en el dictamen de mayoría, ni en los borradores compartidos, ningún tipo de reformas o iniciativas que apuntarán a la lucha contra los delitos complejos y el crimen organizado, la producción y el trafico de estupefacientes, el terrorismo, entre otros delitos que mencionaba el inciso. Sin dudas, era una base delegativa vacía, cuya incorporación y presencia carecía de toda razón y fundamentación jurídica en relación al articulado y las reformas de la ley.
2. “Hay sectores de la política que se resisten a hacer los cambios que el país necesita. Van a tener que explicarle a la sociedad por qué.”
Resistencia al cambio tienen los conservadores y los corporativistas, en la Coalición Cívica no somos ni una cosa ni la otra. Por ello acompañamos en general el proyecto de ley, dispuestos a proponer mejoras y modificaciones tal como lo hicimos en el dictamen que firmamos en el plenario de Comisiones, donde rescatamos y mejoramos una enorme cantidad de sus propuestas, y que por supuesto acompañaríamos y votaríamos en el recinto. Entre las que se incluían la declaración de emergencia en materia económica, financiera, fiscal, de seguridad y administrativa; la privatización de 18 empresas públicas; buen gobierno corporativo de empresas públicas; el paquete fiscal; una alternativa de nueva fórmula de movilidad de las prestaciones jubilatorias; reformas en materia de energía, combustibles y gas, entre muchas otras destinadas a alcanzar el objetivo compartido de equilibrio fiscal, eliminación de privilegios y reducción de trabas a la actividad económica.
No solo decidimos acompañar muchas de esas reformas, sino que propusimos a su gobierno la adopción de otras reformas destinadas a terminar con los privilegios y beneficios corporativos que unos pocos usufructúan, como son la reducción del gasto tributario que implican los regímenes de exenciones tributarias y especialmente el de la industria electrónica en Tierra del Fuego.
Llegamos al recinto sabiendo que acompañaríamos con nuestro voto no solo los apartados y artículos que incluimos en nuestro dictamen, sino también otros cuyas definiciones se mejoraron durante semanas de trabajo colaborativo entre los funcionarios del Ejecutivo y los distintos bloques que optamos por ser una oposición constructiva. En lo personal, dediqué mis mayores esfuerzos junto al secretario de Educación, Carlos Torrendel, para encontrar juntos los acuerdos que nos permitieran avanzar en las reformas urgentes que el sistema educativo necesita. Lo logramos en muchos de los artículos gracias al profesionalismo del funcionario y su equipo, pero sobre todo por el espíritu de diálogo y consenso que ameritaba la cuestión. Estos esfuerzos también estuvieron en otros temas y capítulos del proyecto de ley.
Nuestros rechazos en el recinto estarían centrados principal y exclusivamente en las facultades delegadas y en el retroceso ambiental y cultural, pero el oficialismo decidió volver a foja cero y abandonar todas las reformas para las que sí había acuerdo.
3. “(...) la casta política, ese conjunto de delincuentes que quieren una argentina peor y que no están dispuestas a ceder sus privilegios.”
Lo que usted llama y generaliza como “privilegios” nosotros lo hemos denunciado y llamado por su nombre durante más de 20 años: patrimonialismo corrupto, negocios indebidos en la función pública, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, sobreprecios y corporativismo económico. Venimos denunciando en soledad hace más de dos décadas la corrupción, cuando muy pocos se animaban a hablar mientras usted trabajaba para empresarios amigos del kirchnerismo.
No encontrará, en mí defensa, alguno de los privilegios que durante décadas han ejercido y aprovechado los políticos, sindicalistas, empresarios sectoriales y dirigentes deportivos en nuestro país. Durante toda mi labor jamás he tenido automóvil oficial ni chofer personal, no he solicitado pasaportes oficiales ni tratamiento VIP en aeropuertos, tampoco he sido receptivo de los lobbies empresariales ni gestionado sus intereses.
Es usted quien debería explicarle al pueblo la decisión de mantener ciertos privilegios de “la casta”. Por solo poner un ejemplo, en nuestro dictamen abogamos por el fin de las jubilaciones de privilegio, y además buscamos terminar con privilegios que ni los libertarios se animaron a tocar. Será por falta de voluntad o carácter, o será por los intereses familiares y personales de algunos funcionarios y estrategas de primera línea, pero no hubo acuerdo para reformar y reducir los privilegios y negocios corporativos del Régimen fiscal de Tierra del Fuego y de los registros del automotor.
4. “(...) la traición a sus votantes por parte de todos los bloques que le dieron la espalda a sus promesas de campaña por una Argentina distinta”.
Si de traiciones al electorado vamos a hablar, mejor no auditar sus promesas de campaña en relación a su programa fiscal inicial presentado en la Ley de Bases, centrado en cargar el peso del ajuste sobre los sectores productivos exportadores mediante el incremento generalizado de retenciones; y sobre los jubilados mediante la licuación de sus ingresos a través de la inflación. Eso no solo es traición, también es kirchnerismo económico puro y duro.
La Coalición Cívica siempre estuvo a disposición para discutir seriamente un paquete fiscal, porque cconsideramos al déficit público como el principal problema a resolver y el equilibrio fiscal como el principal objetivo a alcanzar. El oficialismo decidió, en cambio, retirarlo de la Ley Bases. Nuestro dictamen también buscó resguardar los ingresos de los jubilados, derogando la fórmula de actualización votada por el kirchnerismo y estableciendo la inflación mensual como indicador de variación de los haberes. El oficialismo libertario en cambio, prefirió posponer toda reforma de la fórmula, licuar las jubilaciones para alcanzar la meta fiscal y echar mano al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES.
Disculpe si lo hemos abrumado con nuestras diferencias y disidencias, cada una de ellas fueron realizadas con un profundo sentido humanista, reconociendo el dolor y el sufrimiento que hoy viven los argentinos y que nos debe interpelar a la hora de tomar cada una de nuestras decisiones. Siento vergüenza por la ceguera moral creciente que se manifiesta en la pérdida de la sensibilidad al sufrimiento de los demás y a nuestra capacidad para resolver los problemas más urgentes de la Argentina. Tenemos que poder reconocer y darle respuesta a millones de argentinos y argentinas que hoy se sienten excluidos, fracasados, perdedores y no merecedores de un éxito o ascenso social.
Tratar de traidores o delincuentes y publicar los rostros de quienes defendemos el Estado de Derecho no hace más que iincentivar al escrache público y la violencia en razón de un relato falaz y peligroso. Incentivar y promover la violencia política no solo es peligroso para sus enemigos, también lo es para su gobierno, responsable en última instancia del devenir institucional.
Como verá, Sr. Presidente, su relato no tiene ningún asidero con la realidad objetiva. Aquí tiene una oposición responsable y abierta al diálogo, dispuesta a votar las reformas que los argentinos necesitan para salir de la crisis que estamos atravesando. Nos hemos sentado en el plenario a discutir y trabajar las propuestas, hemos, incluso, elaborado un dictamen que recoge la mayoría de ellas y dimos quórum en la sesión dispuestos a votarlas.
Tanto usted como yo sabemos que una ley de superpoderes equivale a suspender el diálogo político, es decir, la búsqueda de mejores opciones y toma de decisiones basadas en la diferencia de ideas y los objetivos comunes.
Retome por favor la senda del diálogo y el respeto a las instituciones de la república. Podemos dialogar y trabajar juntos pero sepa que nunca violaremos la Constitución Nacional sobre la que hemos jurado. Lamento, y espero equivocarme, que esté dispuesto a privar a los argentinos del cambio que con tanta contundencia ha sido requerido en las urnas. No deje que su orgullo lo ciegue. Encontrará en nosotros la voluntad de discutir y avanzar en los cambios y lucha contra los privilegios que la Argentina necesita para retomar el rumbo del desarrollo.
Sólo la verdad nos hará libres.
Sin más, saludo a Ud. muy atentamente,
Maximiliano Ferraro
Diputado de la Nación
Coalición Cívica ARI